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Hoy tendrá lugar otra extraordinaria jornada repleta de actos que le «iluminarán» antes de volver a sus estudios para poner en práctica las nociones adquiridas durante esta maravillosa convención que ha visto actuar a algunos de los más renombrados artistas de la escena realista-figurativa americana.
El arte del retrato comenzó con una hora de inspiración en la que Susan Lyon abordó un tema frecuente que todo artista ha experimentado, precisamente por su naturaleza más sensible y, en consecuencia, más vulnerable.
Son los momentos oscuros, los momentos de desánimo en los que miras a los demás y los ves mejor de lo que te sientes: los momentos en los que eres incapaz de centrarte en el significado de ser artista, degradándote y subestimándote.
En retrospectiva, la artista recorrió su carrera, recordando sus años escolares y los pensamientos que no le permitieron centrarse en su elección de ser artista. Una situación que se repitió más tarde cuando se sintió atrapada frente al caballete.
Pudo salir de esta situación de «autosabotaje» y superarse practicando la meditación y la confrontación: la meditación a través de la lectura de libros y la práctica regular; la confrontación, compartiendo sus pensamientos negativos con su marido, su familia y otros artistas que pasaron por la misma experiencia y la ayudaron a centrar sus prioridades y a erradicar su sentimiento de inferioridad y desánimo.
Es importante, dice Lyon, «centrarse en la razón por la que nos convertimos en artistas en primer lugar, la gratitud de serlo, y restablecer la sensación de coger un lápiz o un pincel».
«Somos el motor de nosotros mismos», dice Lyon, que destaca cómo la paciencia y la confianza en uno mismo nos permiten observar, comprender y desarrollar la expresión artística.
Hoy, Susan Lyon, ganadora del tercer premio del Concurso Internacional de la Portrait Society of America, 2021, tiene el honor de ser mentora y compartir la angustia que la llevó a sus niveles de excelencia.
James Mitchell, a dúo con Michael Shane Neal, abordó temas especialmente apropiados para la sociedad contemporánea, continuando la conferencia con su extraordinario ejemplo de resiliencia.
Lo hizo compartiendo con el público parte de su vida, durante la cual consiguió tanto salir de la condición de pobreza en la que vivía como imponerse en la escena artística en una nación dividida entre la raza y la identidad cultural.
Lo hizo con toda la sinceridad y honestidad que, viendo sus obras, uno espera encontrar.
Nacido en 1957, Mitchell se enfrentó a los años de los derechos civiles y la segregación racial -el Tribunal Supremo no declaró inconstitucional toda forma de segregación hasta 1970- y a la idea, arraigada incluso en su familia, de que un niño afroamericano no tenía derecho a estudiar. Y mucho menos el arte.
Su fortaleza y su deseo de alcanzar sus metas le llevaron a graduarse en el Columbus College of Art & Design de Columbus, OH, recibiendo una fuerte desaprobación tanto de su madre como de la comunidad afroamericana a la que pertenecía.
La única persona que siempre le apoyó y animó fue su abuela: su punto de referencia que quería a su lado, junto con el resto de la familia, tanto en Pensilvania, donde se había trasladado a estudiar, como en Tallahassee, donde habían vuelto a vivir.
«Cuando hice mi primera exposición individual la gente se sorprendió porque pensaban que era improbable que un artista de color pintara este tipo de arte», dice Mitchell, que añade: «el problema no es la gente, es el sistema que nos hace pensar así».
El artista se acercó al realismo estudiando no sólo a los pintores realistas sino también apreciando el abstraccionismo de Motherwell o Picasso porque: «El arte nos ayuda a sacar lo mejor de nosotros y yo soy como una esponja, no me interesa distinguir quiénes somos por raza o religión».
La forma de pensar fuera de la caja, que le permitió apreciar la realidad y las diferencias más allá de los prejuicios o las creencias culturales, ha sido siempre su arma ganadora, que le llevó a retratar al primer presidente afroamericano de los Estados Unidos de América y a ganar más de 400 premios, incluida la prestigiosa medalla de oro de la America Watercolor Society.
Mitchell declara que sólo tras la venta de sus libros -ha producido dos libros en los que se centra principalmente en la acuarela, su medio favorito, aunque su experiencia le ha llevado a destacar también en otras técnicas- en Nueva Orleans se dio cuenta de que había llegado por fin al corazón del pueblo afroamericano.
Y a quienes le preguntan cómo quiere ser recordado el día de mañana, responde: «Por la humanidad y la justicia, sin etiquetas de raza o religión».
La tarde continuó con una demostración de Quang-Ho, que «entre la forma y la espontaneidad», retrató a su esposa y artista Adrienne Stein al aire libre. El óleo fue retratado a partir de una fotografía, un medio que Quang-Ho prefiere utilizar sólo si lo hace personalmente, para centrarse en los rasgos que le interesan, interviniendo en el tono y el valor directamente en la composición.
El enfoque de Ho para el retrato es muy personal y además de comenzar con la representación de los semitonos para la construcción de la figura, comienza con la creación del fondo que considera: «fundamental en la creación de la figura porque es una parte integral del diseño» y que continúa incluso después de la creación de la figura hasta que la obra está terminada.
Según el artista, las formas también representan la esencia de la composición, porque están hechas de color y valor, al igual que no hay una forma correcta o incorrecta de proceder al iniciar la composición porque lo que cuenta es encontrar la armonía en un proceso que debe ser absolutamente personal.
Quang-Ho reitera, como ya se hizo durante la conferencia, la importancia de arriesgarse, subrayando lo importante que es tener un enfoque y tomar decisiones artísticas que destaquen los detalles que se quieren contar. Elecciones que en su caso se hacen en base a los impulsos del momento y que también pueden ser difíciles pero absolutamente necesarias:» Muevo montañas cuando pinto. No es gran cosa», dice el artista, despertando la hilaridad del público.
La obra final es una obra maestra en cuanto al diálogo entre las formas, los tonos, los colores, las texturas, los bordes y las líneas: «la interpretación poética de una fotografía que cobra vida en el lienzo», como dijo un participante.
Es Michael Shane Neal, el Artista Caballero y Presidente de la (The) Portrait Society of America, quien clausura oficialmente la 23ª edición del (The) Art of The Portrait agradeciendo sinceramente a los participantes, a los artistas que tomaron parte, a Christine Egnoski-Jonas, Directora Ejecutiva, a Foster Grissim, CEO en funciones della MFA – Made For Artist.
Le recordamos que todos los programas han sido grabados y estarán disponibles del 24 de mayo al 23 de junio en la pestaña «Vídeos» del sitio web de la conferencia. La Portrait Society of America espera verle el año que viene en Atlanta, GA.
