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Estar inspirado siempre ha sido importante, porque de la inspiración nacen las ideas innovadoras.
La primera sesión del segundo día de la Academia de Retrato de Otoño comenzó con la pregunta: ¿Qué artista le ha inspirado y por qué? Una pregunta inicial tan valiosa como la visita virtual de ayer a los estudios de arte. La razón es clara: es a partir de las fuentes de inspiración que los artistas toman decisiones narrativas y estilísticas que pueden revelar mucho sobre la personalidad del artista y su pensamiento.
Un ejemplo es Mario Robinson, que descubrió accidentalmente su modelo estilístico, Andrew Wyeth, en una librería durante sus estudios, espoleado para perseguir sus talentos artísticos por el apoyo cariñoso de sus profesoras Miss Mitchell y Miss Elvenger. Los cuadros de Mario Robinson, un magnífico acuarelista, se hacen eco de la sincera precisión de las obras de A.Wyeth con sus colores sobre el marrón y el negro, en su suave representación de las personas. “Andrew Wyeth reforzó el concepto de por qué pinto», dijo Mario Robinson al respecto.
Para Anna Rose Bain, la reunión anual de la Portrait Society of America fue uno de los momentos más importantes de su vida, ya que pudo conocer a su musa, la encantadora artista Nancy Guzik, esposa del difunto Richard Schmid. Para Adrienne Stein, fue una revelación al conocer a su marido, el artista Quang-Ho. Stein menciona muchas fuentes de inspiración de diferentes épocas que han caracterizado su pintura, desde los grandes del pasado como Sir Lawrence Alma Tadema, Dante Gabriel Rossetti y Tom Thompson, pasando por N.C. Wyeth, Maxfield Parrish, Arthur y Lucia Mathews y Violet Oakley, hasta los contemporáneos Ben Kamihira, Jamie Wyeth y Paula Rego.
«Descubrir los entresijos de sus obras maestras puede ayudar a dar confianza a alguien, aunque sólo sea pensando en intentar emular lo que nos gusta», dice un participante sobre las historias que cuentan los protagonistas.
El estímulo y la retroalimentación fueron las palabras clave de la segunda sesión del simposio dedicada a la crítica, durante la cual Louis Carr y Kristen Yann seleccionaron y analizaron algunas de las obras de los participantes, ofreciendo consejos y elementos de reflexión, no sólo sobre el color, el valor y la composición de las obras, sino también sobre la elección de los bordes, la forma de tomar la fotografía y el uso del photoshop. La sesión de crítica, de una hora y media de duración, fue, como siempre, un gran momento formativo, fundamental en el crecimiento profesional de una artista, que tiene la oportunidad de aumentar sus habilidades tomando conciencia de los errores propios y ajenos, a través de los consejos de los profesores.
«Divertido, interesante, inspirador… ¡y todo lo demás!» fue la definición que dio un participante en la sesión práctica impartida por la maravillosa Rose Frantzen. Rose Frantzen es siempre una sorpresa: una carga abrumadora de energía que canaliza por completo la atención del público, que queda embelesado por el torrente de conceptos, consejos e información cultural general que dispensa.
Para esta ocasión, Rose Frantzen ha desarrollado una sección de un lienzo de su última serie: Incarnate. La serie se compone de imágenes clásicas reinterpretadas en clave contemporánea: el lienzo de hoy es un óleo de mosaicos bizantinos del que emerge la figura de la modelo. Una imagen muy poderosa que contrasta las figuras bizantinas estáticas y bidimensionales con la tridimensionalidad del modelo. Una composición de gran poder emocional y significado. Trabajando en la prima de forma innovadora sobre un lienzo de tamaño casi natural, Frantzen mostró su innovador enfoque de la pintura en la prima: equipada con una toalla de papel y con la ayuda de una lámina transparente que retira y levanta a una velocidad increíble, creó un bloque sobre el que luego refinó las formas y equilibró los tonos y valores con un pincel en busca del dibujo.
En la realización del proceso artístico, Frantzen subraya la importancia de trabajar libremente: «Hay que sentir la libertad: la libertad de crear y de equivocarse».
Por último, un consejo en el que insistió mucho durante su demostración es la necesidad, para el éxito de la obra, de buscar relaciones entre las partes. Un proceso que el artista realiza una y otra vez durante la demostración porque: «En el proceso artístico, es importante ayudarse de todo lo que se tiene», dice el artista, que al final de su demostración asistió al after hours en compañía de Louis Carr, Mario Robinson y Adrienne Stein.
Las mesas redondas posteriores al simposio son preciosos momentos de intercambio y confrontación entre los artistas.
Una jornada extraordinaria que tuvo un gran éxito entre los participantes que se reunirán de nuevo mañana para el último día del simposio en compañía de Suchitra Bhosle y Pramod Kurlekar.
(On the title: Rose Frantzen)