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Es una mezcla de realismo clásico y realismo contemporáneo el arte de Graydon Parrish, artista americano que estará entre los grandes protagonistas de FACE- Fine Art Convention and Expo, 2020, ahora en su cuarta edición y que tendrá lugar este año en Baltimore del 29 de octubre al 1 de noviembre.
Gracias a la impronta que le dieron sus padres, coleccionistas de arte americano y europeo del siglo XIX, Graydon tuvo la oportunidad de crecer teniendo referencias artísticas precisas que influyeron en sus gustos, empujándolo hacia un arte académico-figurativo. Sería reductor, sin embargo, definirlo como un artista figurativo clásico porque sus obras están impregnadas de la influencia de algunos de los grandes de la historia del arte, como William-Adolphe Bouguereau y Théodore Géricault, han evolucionado siguiendo un estilo personal bien definido y creciente, debido también a la influencia de grandes artistas contemporáneos entre los que se encuentran Daniel Sprick (artista premiado y celebrado con el lanzamiento de un DVD autobiográfico producido por Streamline Art Video, en FACE 2018), Odd Nerdrum y Jacob Collins, por nombrar algunos. Después de obtener su escolaridad en la Escuela Secundaria Booker T. Washington para el Performing and Visual Art Parrish obtuvo su MFA en la Academia de Arte de Nueva York, entonces recién creada por Andy Warhol y Stuart Pivar. En la Academia de Arte de Nueva York se unió a otros estudiantes que más tarde se convirtieron en figuras prominentes del renacimiento del arte clásico, entre ellos Jacob Collins, fundador de la Grand Central Academy of Art. Allí conoció a su mentor Michael Aviano, en ese momento estudiante del ilustrador y muralista Frank J. Reilly.
Insatisfecho con su preparación, obtuvo un segundo BFA en el Amherst College, especializándose en estudios independientes con la presentación de la tesis del trabajo «Remordimiento, Desánimo y Aceptación de una Muerte Temprana», más tarde adquirido por el Museo de Arte Mead en Amherst, MA, lo que le valió el premio Cum Laude. De 1994 a 2008 Parrish trabajó en su estudio en Amherst y en 2008 se trasladó a Austin, Texas, para estar cerca de su familia y contribuir al desarrollo de la interesante escena artística de la ciudad. Sus obras incluyen desnudos alegóricos, retratos, naturalezas muertas y escenas narrativas reales, entre ellas: «El ciclo del terror y la tragedia», encargado en 2002 por Douglas Hyland, director del Museo de Arte Americano de Nueva Bretaña: un homenaje alegórico a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. La obra, que ahora se exhibe en el ala Chase del Museo de Arte de Nueva Bretaña, tiene 18 pies de largo y es una de las mayores pinturas realistas jamás creadas en América.
Pero su trabajo no se limita a la producción o a la enseñanza, su obra está en constante evolución gracias también a los estudios que le llevaron a reformular las teorías del color de Albert Munsell y Josef Albers, para adaptarlas a los métodos tradicionales de la pintura. Expuestas en numerosos museos nacionales, entre ellos el Museo de Arte de Blanton y el Museo de Arte de Austin, ambos en Austin, TX, además del ya mencionado Museo de Arte Mead en Amherst y el Museo de Arte Americano de Nueva Bretaña en Nueva Bretaña, Connecticut, las obras del artista también están presentes en importantes colecciones privadas, entre ellas la de Christopher Forbes y la de Paul y Melinda Sullivan.
La obra elegida me impresionó por la gracia y la delicadeza de la representación alegórica de la piedad. En medio de la multitud en la que cada uno piensa por sí mismo, sin saber quién está a su lado, incapaz de ver y oír y completamente envuelto por la rutina que hace sordo y apático, la piedad, como un grácil y gracioso paso de baile, que se mueve sobre las notas de una melodía audible sólo para los pocos elegidos, crea una situación dentro de la situación. Es una especie de cuadro dentro del cuadro en el que el marco dominado por el blanco resalta y enfatiza la preciosa facultad del alma humana. La parroquia representa la piedad en el acto físico de abrazar: el hombre y la mujer unidos por la piedad, es decir, por el sentimiento de participación y solidaridad conmovedora e intensa hacia los que sufren y los débiles pueden oír la melodía y moverse con gracia mostrando que la piedad es todavía capaz de poner la sacralidad del ser humano en el centro del mundo sin distinción de raza, sexo o ideólogos de cualquier tipo. Con la esperanza de que esta armoniosa melodía pueda ser escuchada por más y más gente, Graydon Parrish le espera en FACE donde tendrá el placer de escucharle, admirarle en la realización de una de sus obras o hablar con él.