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Ha pasado casi un año desde que Michelle Dunaway, elegido de Richard Schmid, le entrevistó brillantemente -virtualmente, dados los tiempos de pandemia- a él y a su esposa, la querida artista Nancy Guzik, en el 22º seminario anual de la Portrait Society of America. Este año falta poco más de un mes para la celebración de la XXIII edición, pero desde el domingo 18 de abril una sombra se cierne sobre el mundo del arte realista americano contemporáneo. Richard Schmid, considerado por sus discípulos como: «el salvador del arte representativo en América», ha fallecido, rodeado de sus seres queridos.
Nacido en Chicago, IL, el 5 de octubre de 1934, Richard Schmid se ha distinguido como uno de los mejores pintores estadounidenses contemporáneos. Tras un acercamiento -que fue amor a primera vista- experimentado a temprana edad con su abuelo, ingresó en la American Academy of Art a los 18 años y estudió con William Mosby, un técnico experto en realismo europeo y americano. Ha participado en docenas de exposiciones y ha ganado innumerables premios y honores, como la Medalla de Oro de la Sociedad del Retrato, la Medalla de Honor del Club Salmagundi, la Medalla de Oro de la Acuarela Americana y un doctorado honorario de la Academia de Lyme. En el año 2000, Richard Ormond, bisnieto de Sargent, le concedió la Medalla a la Trayectoria de John Singer Sargent.
Fue pintor, escritor, profesor y mentor. Entre sus libros más autorizados se encuentra su libro de referencia, considerado el mejor libro de instrucción de arte del mundo: «ALLA PRIMA. Todo lo que sé sobre la pintura», en el que además de impartir todos sus conocimientos artísticos, nos deja unas palabras para reflexionar que no son más que el mantra en el que ha basado toda su existencia: ”En algún lugar dentro de todos nosotros hay un centro sin palabras, una parte de nosotros que espera ser inmortal de alguna manera, una parte que ha permanecido sin cambios desde que éramos niños, la fuente de nuestra fuerza y compasión. De esta tenue confluencia de lo tangible y lo espiritual es de donde surge el Arte. No tiene límites, y una vez que la aproveches te darás cuenta de las opciones realmente ricas que tienes. Que cada cuadro que hagas desde ese lugar sagrado incluya una expresión de gratitud por el extraordinario privilegio de ser artista.»
Los que le conocieron pueden estar seguros de que, como dice su hija Molly: «la larga historia de amor de mi padre con el arte seguirá viva a través de sus pinturas, sus escritos y sus enseñanzas». Estos son los regalos que nos dio. Juntos, como comunidad, podemos honrar su misión de hacer del mundo un lugar mejor a través del arte y mantener vivo su legado». Así que si: «El arte tiene lugar en la mente del espectador», como dice Schmid, el que esta sombra se desvanezca con gracia y en la estela de sus enseñanzas, no menos importante fue la perla de sabiduría con la que terminó la entrevista del año pasado: «Un día todo este marasmo que aflige al mundo terminará pero el arte permanecerá y la tarea del artista es crear el mundo que quiere»»Que estés bien y que sigas pintando. Tu amigo Richard».
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